¿ donde están las estrellas (Sonia Molino)

¿Dónde están las estrellas?

Ahí está la solución ¿No es cierto? Te dicen que hagas unas cuantas cosas y te crees que salvas a la humanidad, que eres un héroe. Pero ¿Sabes? no eres más que un humano y, como todos los demás, el culpable de todo. Créeme: poniendo cuatro cosas en un cubo, usando este material o el otro no vas a salvar el planeta. Quizá, si todo esto se hubiera empezado a hacer desde un principio podríamos vivir con comodidad aquí. El ser humano es el único animal racional, eso incluye que es el más estúpido, pues somos los únicos que hemos sido capaces de matar lo que nos da alimento, cobijo, vida. Ningún otro animal es capaz de hacer semejante tontería. Toda esta inteligencia de la que nos ha dotado la naturaleza solo ha servido como suicidio. Toda esta innovación, toda esta tecnología, en vez de aprovecharla la malgastamos, la damos usos necios, inútiles y destructivos, manchamos nuestra propia inteligencia. El ser humano no solo cree en dioses, sino que muchas veces el mismo se cree un dios. Se cree que puede con lo que le rodea, se cree que puede controlarlo todo. Desde hace miles de años se comete ese error, pero poco a poco la tierra se revela, para bajarnos del cielo y enseñarnos que no somos dioses, que somos seres vivos, como los animales, como las plantas, como las bacterias, y que ninguno de estos seres vivos manda más que otro, que la que manda es ella. Y ¿Qué? ¿Ahora nos damos cuenta del error? Es tarde, es muy tarde. En el momento que los mares son de plástico y petróleo es tarde. En el momento en que no podemos oír más que ruido es tarde. En el momento en que en vez de árboles te rodean edificios es tarde. En el momento en que el mundo donde hemos evolucionado ha sido deformado a nuestro gusto, sin respetar a los demás seres vivos, es tarde, muy tarde. No intentéis darnos esperanzas ahora, el planeta lleva condenado mucho, mucho tiempo, desde que un lúcido animal del género homo creo su primera arma. No, no intentéis darme esperanza cuando ya no hay estrellas en el cielo